Descripción
Fin de Siglo
Javier Pagola
Javier Pagola (San Sebastián, 1955)
Estudia arquitectura en E.T.S.A.M. (1974-78) y establece su residencia en Cuenca (1979). Se le concede la Beca de Artes Plásticas ENDESA (1993). En 1996 le fue concedido el premio L.A.U.S de Ilustración. En 1997 se le concede la Beca de la Academia Española de Bellas Artes de Roma. Actualmente vive en Madrid.
EXPOSICIONES INDIVIDUALES
2001 – Dibujos Galería Fernando Latorre, Zaragoza.
2000 – Diario (1998-1999) Museo de Teruel.
2000 – Fundación Antonio Pérez, Cuenca.
1997 – III Foro Atlántico de Arte Contemporáneo Galería Dieciséis, A Coruña.
1996 – Galería Dieciséis, San Sebastián.
1996 – Galería Estampa, Madrid.
1995 – Salón de Mars Galería Lina Davidov, París.
1995 – Galería Pilares, Cuenca.
1994 – Europa Gallery, Copenhague.
1994 – Galería Lina Davidov, París.
1994 – Galería Pilares, Cuenca.
1993 – Galería Pilares, Cuenca.
1992 – Galería El Caballo de Troya, Madrid.
1991 – Sala de la U.I.M.P. antiguo Convento de Carmelitas, Cuenca.
1987 – Galería Angel Romero, Madrid.
1986 – Sala Alta, Cuenca.
“Ingravidez, bidimensionalidad, acumulación, prioridad del grafismo, libertad de tratamiento, presencia de la ironía; éstas son, quizás, algunas de las características más evidentes que definen en su complejidad la obra de Pagola, uno de los artistas más interesantes del actual momento estético español. Otros datos que podrían añadirse a la lista antes enunciada, y siendo quizás el más importante, la confluencia de signos contradictorios: la práctica del inacabamiento acabado, por ejemplo, y aunque pudiera parecer paradójico, una concepción plástica que sitúa en el mismo plano objetividad y subjetividad.
De esta forma, la obra de Pagola parece referirse, en el primer aspecto, tanto a la captación de una realidad plástica ya traspuesta en sí misma -las soluciones gráficas propias del cómic, de los dibujos animados cinematográficos, de la publicidad, la caricatura y el grafiti mural-, como a la propia realidad objetiva, en este caso referida a la experiencia personal y al teatro de las vanidades cotidianamente contemplado. Las referencias gráficas e iconográficas provenientes de ambos mundos -en el que la fascinación por la subcultura de nuestra época no deja de estar presente- quedan traspuestas, en el terreno de la subjetividad propiamente dicha, mediante la necesidad de tergiversación, la fusión y la duplicidad, el ordenamiento implacable en el engranaje plástico-acumulativo; el uso de una libertad forzosa y la presencia de la ironía y el comentario lúdico.”
Del texto Glosa para Javier Pagola, de Antonio Saura.
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